No era tan mala su circunstancia, pero sí su abandono. El corazón se le fue acostumbrando a las presencias esquivas.
Por eso, no escucha felicitaciones ni consejos. No ve cómo lo amamos los que sí lo vemos.
Hoy fuiste el mejor. No te copies.
Ojalá dejaras que lo bello explote
y subieras, peldaño a peldaño,
a respirar el aire fresco de la vida.
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