y sin embargo me arranco la carne de dolor
No es un dolor sincero
acaso las mentiras que habitamos nos habitan
y duelen piel adentro, punzando.
Espero irme algunos años al extranjero
perderme en un vaso blanco
morir, enloquecer, envilecerme
hasta lograr ser -para todos-
una perfecta extraña
¡Que nadie me recuerde!
Anhelamos el don de un amor totalizado
pero no soportaríamos ni mirarlo
Yo no soy esa,
te lo digo así, con mis ojos bajos.
Khalo, Frida, Unos cuantos piquetitos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario